Cuento con suficiente edad para pensar en que el pasado está lleno de eso mismo, pasado.
En el pasado se quedaron grandes maestros, llamados golpes, traiciones, desilusiones, impotencia, injusticia, fracasos, todos ellos y muchos otros fueron necesarios en nuestra vida para que fuésemos quienes somos en este mismo momento. Ah, pero del pasado traemos a nuestro presente algunos super maestros a los que no hemos podido aprobar la clase, y uno de esos maestros que tanto anhelamos superar es las malas relaciones de pareja, de amistad, de trabajo, de familia.
¡Y nos sentamos a mordernos los labios y a calentarnos el hígado relación tras relación y no superamos esa materia porque no aceptamos que la respuesta es aceptar que no debemos ni tenemos por qué aceptar que una relación se basa en aguantarse malos tratos, celos, ofensas y hasta golpes! Que salimos de una mala relación y nos cansamos de llorar y sufrir porque no nos valoran ni nos aman, pero seguimos allí esperando el milagro: ¡que la pareja cambie!
Qué tontos, qué ilusos por favor, quién repite los mismos errores en sus relaciones, hasta que sólo cambia el nombre de la pareja, tiene que hacer un alto y entender que atrae como lo que se siente por dentro, que refleja en sus relaciones 3 cosas a mi modo de ver:
- Falta de autoestima.
- Se siente víctima y actúa como víctima.
- Repite lo que vio en su casa, y aunque no le parecía nada bien que la madre o el padre aceptara el mal trato y falta de valores de su papá o mamá según el caso, crece y hace lo mismo.
Lo anterior está explicado por miles de autores y mucho mejor que mi persona, pero me toca agregar que esta difícil situación está directamente aprobada por quien pasa por ello, y lo permite, sin entender que sólo cambiará cuando acepte que no debe permitir lo que sucede y que cambie, empieza por el cambio de sí mismo, aprobando entonces esta materia y pudiendo dar gracias a estos maestros.
Y si pensamos que los muertos o los santos tienen que hacer que la pareja cambie, estamos super equivocados. Eso es humano, y como tal tenemos que resolver.
¡Busque un sicólogo, pero por favor mantenga a los Orishas fuera de su decisión, hágalo Ud., dé ese paso, que segura estoy contará con ellos durante su nuevo camino, un camino en el que no se repiten las mismas situaciones nocivas, dolorosas!