A veces nos hacemos los que no nos queremos darnos por enterados de lo que afecta nuestra vida, día a día. Tardamos mucho tiempo en entender que lo que hacemos trae nuestra propia realidad por la consecuencia de nuestros actos. Pasamos largos años culpando a nuestros padres, a una persona, a la maestra que nos inició en la escuela, a un vecino, al padrastro o madrastra, a las políticas del gobierno, a Dios y hasta a un supuesto enemigo. Le endosamos los fracasos o metas no cumplidas a todo y todos los que nos rodean, haciéndonos con esta actitud un gran daño. «Si mi mamá me hubiese querido», «si mi esposo no me hubiera sido infiel», «si mis padres no hubiesen sido tan pobres», «si no le hubiese caído tan mal a mi profesor», etc, etc, etc!!!!
En algún lugar leí «odiar es para los flojitos», no recuerdo quien lo dijo. Vivir es un reto, es como escalar una gran montaña que nos sacude y nos deja caer, y que tenemos que empezar de nuevo!
Desde la antigüedad nos han aconsejado, o mejor dicho nos han dejado saber que cada cosa que hacemos hoy, tendrá una consecuencia. Los grandes estudiosos de la naturaleza o comportamiento de los seres humanos dejaron enseñanzas para hacer más fácil nuestra vida, y algunas de esas enseñanzas son: «acepta que eres responsable de lo que sucede en tu vida, deja de buscar culpables» , «inicia hoy mismo una nueva vida, cambia para que se den los cambios», «perdónate , perdona tus errores, cambia» «no actúes a la ligera», «el punto no es que nadie te quiere, el punto es que tú no te quieres», «suelta lo que no funciona», «aprende a vivir contigo, para que puedas vivir con los demás», «ser feliz es una decisión», «si no soportas que te griten, no lo hagas tú», «no juzguen para no ser juzgados». Si escribiéramos más enseñanzas, no habría donde terminar. Porque todo ha sido dicho, todo ha sido estudiado! Y aún hoy, todo lo dicho sigue siendo útil, muestra de que no aceptamos que somos responsables!
El planeta que habitamos es una grandísima prueba de lo que hacemos. Es un ser vivo, y hoy día, está colapsando, incendios, inundaciones, deshielo de los polos, y tantas cosas más, cuya única explicación es que nosotros al no cuidar el planeta, estamos presenciando las catástrofes ambientales. Mientras queremos llegar a la Luna, o a Marte, abandonamos los cuidados a la tierra y estamos sufriendo las consecuencias. Siendo así, en un panorama magnánimo, es igual en cada una de las existencias humanas. No es lo que decimos, es lo que hacemos, son nuestras consecuencias.
Se sabe que cambiar es como morir, por que cuesta mucho, se sufre, pero su premio es incalculable, en donde sabemos querernos, apreciarnos, sin ser cuestionados ni cuestionar, sin imponernos y sin hacernos víctimas de nadie, más que de nosotros mismos. Evitemos aprender por los golpes de la vida, hagámonos consciente de que lo que estamos viviendo es nuestra consecuencia, sólo nuestra, de nadie más!